lunes, 26 de septiembre de 2011

El arca de SamuEl alcalde: del sueño a la pesadilla

"Se puede matar el sueño de la libertad, pero no la verdad" Samuel Moreno

Falló como líder de la ciudad: Samuel Moreno no logró garantizar la eficacia ni la transparencia de todo el manejo de los recursos públicos y no solo falló no sólo por eso, sino que además fracasó en su principal tarea como mandatario, que es pertenecer a su gente, haciendo el dignatario no es más que un consenso de la comunidad, él toma las decisiones según la opinión pública, y no sobre su opinión o interés personal.
Una amenaza. Nicolle Newman dice que: “La sociedad tiene único fundamento colectivo, que sólo puede verse amenazado por el egoísmo de los individuos particulares”. 
Samuel  fue una amenaza para la sociedad bogotana, no solamente por la falta de diligencia, sino por que no supo actuar y le dio los recursos de la ciudad al mejor postor sin pensar en el bienestar de los bogotanos.  
La revista Semana publicó un artículo destapando algunos hechos sobre las mismas contrataciones, pero esta vez había un nombre propio: el senador Iván Moreno Rojas... y así, poco a poco se han destapado hechos que han aclarado por qué el dinero en Bogotá no alcanza, todo va a bolsillos de terceros sin más ni más.
¿Qué dijo Samuel Moreno en su defensa ante todas estas pruebas?...Nada, no expresó nada y se limitó a un extraño silencio. 
Tal vez al igual que señaló Rousseau en su tiempo, nuestro alcalde también tiene miedo “de ser reconocido y proclamado en público como un ladrón, un mentiroso y un calumniador” pero no lo logró, en este instante está privado de su libertad y ahora sí logró romper ese helado silencio: "Se puede meter el sueño de la libertad, pero no la verdad".
La opinión pública se convirtió para nuestro alcalde en un tribunal de cuya desaprobación tendrá que protegerse.
 Este tribunal (no sólo visto desde el ámbito judicial, sino encarnado en cada uno de los ciudadanos),  ha generado un gran interés en el tema más polémico de los últimos años en la capital del país y la causa es muy sencilla: nos hemos dejado moldear de acuerdo a las opiniones de los medios, logrando que estas se vuelvan esenciales para los gobiernos de turno.
Este consenso que deja vislumbrar el inmenso poder de las opiniones en nuestra sociedad, produce y construye la base real de esta entidad pública. 
De esta forma, se puede observar que la presión que ejercían sobre cada individuo se trasladó poco a poco, hasta llegar a ejercerla en los entes de mando: en nuestro gobierno local.
Como asegura Hume: “Nuestra reputación, nuestra fama y nuestro nombre son razones de enorme peso e importancia”.  La influencia de las opiniones no ha generado los mejores efectos y por ende, la popularidad y el apoyo hacia Moreno han descendido vertiginosamente, en esta sociedad, que más que nunca, espera incesantemente, resultados. 
La afirmación de James Madison en The Federalist, es el reflejo de nuestra situación: “Todo Gobierno se basa en la opinión”, nosotros como ciudadanos decidimos si estamos dispuestos a continuar con el letargo administrativo que llevamos a cuestas hace dos años.
Nuestra razón humana adquiere sentido, fortaleza y confianza cuando no está sola y lo anterior se puede evidenciar en la aglomeración de masas para promover el no rotundo al mando más devastador de nuestra historia: los cacerolazos, los grupos en redes sociales, los blogs y los foros dedicados a este tema, son algunas evidencias de lo que logra una opinión generalizada en una sociedad inconforme.
Esta exposición pública en la que se ha visto inmerso Samuel Moreno, le genera una incapacidad de defensa que se traduce en amenaza vulnerable que crece cada día más, dejándolo indefenso en este “campo de batalla” que lo hace perder su reputación no solo a nivel local sino a nivel nacional, y muy seguramente Internacional, si no se le da una pronta solución o se genera una vía que interrumpa el proceso ferviente de la masa. 
El Polo Democrático Alternativo, quien en cabeza de Clara López hace unos meses, defendió a capa y espada a Samuel Moreno, ahora debe pagar el costo por tener en su partido a quien en gran medida, sin querer queriendo ( si es que así fue) terminó desangrando a Bogotá. 
Ese costo lo veremos en las elecciones pues los votantes somos quienes pasamos la cuenta de cobro. 
El boom mediático se expandió de una manera increíble, de un momento a otro, todos los partidos políticos rechazaban el actuar de la Administración Distrital gracias al moldeamiento que le dieron los medios a la opinión pública, todos empezaron a evadir responsabilidades y a echarse la culpa unos a otros.
Ante las denuncias de supuesta corrupción en la contratación de algunas obras públicas, fue radicada ante la secretaría del Consejo de Estado una demanda de pérdida de investidura contra el senador Iván Moreno.
Si se suponía que el caso de corrupción en la Alcaldía de Bogotá era vox populi, ¿por qué todos esperaron a que Gustavo Petro destapara la “olla” de la corrupción en la ciudad? 
Ahora bien, esto no es solo cuestión de los booms mediáticos, sino que en Colombia, la oposición es simplemente un chiste, y aún no logro explicarme cómo es que el Partido de la U, que hace "oposición" a la Administración Distrital, esté unido con el Polo en la Alcaldía.  
Lo más curioso de todo esto es que aunque la política esté constituida bajo relaciones, amistades y círculos específicos bastante cerrados, unos supuestamente por ideología contrarios a otros se unan para sacarle el mejor provecho.
Los senadores, erróneamente llamados  “padres de la patria”, no se han pronunciado mucho sobre la corrupción en Bogotá, o han sido pocos los que lo han hecho, ¿intereses? Tal vez. No podemos afirmarlo con un 100% de certeza pero lo que sí podemos afirmar es que esta Administración está hecha un total desorden, está llena de corruptos y de gente que entró hace mucho tiempo en la espiral del silencio por miedo a represalias pero gracias a ese silencio le está haciendo daño a todos los habitantes de la capital que depositaron un voto de confianza a quien obviamente no debieron hacerlo.
Al final de cuentas, el dinero ya se lo robaron los Nule  y los políticos que lograron sacar provecho.
¿La opinión pública que hizo durante ese tiempo? No mucho, y ahora los habitantes de Bogotá sufrimos por el atraso en el que está sumida la ciudad.

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