martes, 7 de diciembre de 2010

Educación como base social

Siempre he creído que la educación hace más fuerte a las naciones, hace de ellas pilares sociales críticos no manipulables por las fuentes de poder.
Imaginemos por un momento como sería nuestro país si existieran más oportunidades educativas sumándole la existencia de más oportunidades laborales… ¡Sería el país estrella!, aquel que las potencias envidiarían por que hay cupo para que todos reciban lo justo y comprendan un poco más el valor que tiene el poseer determinados conocimientos.
No solo me refiero a una educación donde se le enseñe al sujeto a ser ingeniero, periodista, politólogo o médico, sino una formación integral que le permita al individuo desarrollarse como persona para que entienda los alcances que tiene, y cómo se mueve el mundo que lo rodea para que deje de ser manipulado y formado según las bases de un sistema que siempre ha sido el mismo, pero que a final de cuentas no sirve.
Ahora bien, ¿cuánto podría afectar en un país tercermundista como Colombia el mejoramiento de la educación?
Mi respuesta es: bastante. No solamente por que los sujetos se llenarían de argumentos para elegir mejores gobernantes y mejores opciones, sino por que también se darían cuenta de todas las fallas de este sistema “pluralista y democrático” que cada día hacen que más y más personas se vean sumidas en la pobreza y en la miseria.
En nuestro país, el 70% de los habitantes han sido catalogados como pobres y una buena cantidad de jóvenes pertenecientes a este porcentaje reciben educación, pero, ¿integral?
Un buen ejemplo de cómo la educación es un factor determinante en la armonía de las naciones podría ser Dinamarca, país que muchos consideran como la cima de la civilización contemporánea: todo está en orden, problemas sociales no hay muchos y las autoridades si cumplen un papel correcto.
Colombia tiene un potencial enorme pero cuenta con poco capital y mucho cacicazgo, el poco dinero que hay está mal repartido.
Si bien hay algunas fuentes de empleo, funciona más la llamada ‘dedocracia’ que la meritocracia, como quien dice, las personas que aspiran a un puesto están siendo elegidas por lo social y no por lo intelectual.
Lastimosamente esto no es de ahorita, y ahí es cuando debe entrar la educación integral para enseñarle al ciudadano que entre mejor capacitado esté, mejores oportunidades se presentarán no solamente para conseguir un mejor sueldo, sino para conseguir un mejor lugar donde vivir.
Falta mucho aun para concientizar al colombiano que la educación es la salida, pero aun estamos a tiempo de reformar las nuevas generaciones y lograr una sociedad mejor.