viernes, 15 de octubre de 2010

Carta de mi abuela....

Quiero compartir hoy una carta que mi abuela me hizo cuando tenía un año y hasta hoy la leí ...


Adorada nietecita:

Con tu inocente belleza y con tus hermosos ojos, hace un año llegaste a este mundo, que desde entonces se ha hecho maravilloso con tu advenimiento, tu luz y tu calor.

Yo no puedo prometerme nada por que soy tu pobre abuela llena de errores y de flaquezas, por eso solo me atrevo a confesarte abiertamente y sin dudas mi gran amor.

Al verte tan pequeña e indefensa no puedo menos que pensar en el largo camino que emprendes y en el enorme compromiso que significa para mí ayudarte a ir por el sendero del bien y a encontrar la esquiva felicidad.

Quiero que sepas que más que mi nieta eres hija del amor y de la ilusión. Por eso escribo estas elementales consideraciones con todo el afecto que cabe en mi ser, en la esperanza de que puedan serte útiles en la colosal jornada de la vida.

Ten presente que por encima de todo está Dios. Él es tu amigo y puedes confiarle todas tus cosas sin temor a la traición o a la ingratitud. La mejor oración que puedes ofrendarle es hacer el bien a tus semejantes, obrar con buena fe, buscar la sabiduría que es la madre de todas las virtudes, respetar la opinión, la libertad, los derechos de los demás y creer en la justicia divina.

Recuerda que la verdad fue, ha sido y será el ideal del sabio, el norte del filósofo, la norma del sacerdote, la pauta del hombre honrado, la regla del físico, la obsesión del químico, el paradigma del justo y, al mismo tiempo, enemiga de los tiranos, los impostores, los hipócritas y aquellos que se alimentan de la calumnia.

Ya te llegará el momento de comprender que el sueño del mundo es el amor, la mejor ayuda en las dificultades es la paciencia, la base del triunfo es la honradez, el más grande de los capitales es la lealtad, el único bien que no es motivo de envidias es la humildad y la única pérdida que no te es permitida es la de tu honor y tu buen nombre.      

Jamás te cruces de brazos en la lucha diaria. ningún ejército ha ganado una batalla sin dar pelea. No se trata de hacer lo que es imposible, basta con hacer lo que es debido.

No es tan difícil convivir con los demás, ni lograr que todo el mundo ría en tu compañía, siempre y cuando aprendas a convivir contigo y a reírte de tí misma.

Al fin de cuentas, el mundo le pertenece a quienes saben amar, poseen el talento para reírse de su propio ser  y entienden el dramatismo, que llegará una hora para morir.

La vida se encargará de enseñarte a admirar los buenos sentimientos y la rectitud, a abominar la crueldad y la ingratitud, a buscar la alegría y el buen amigo, a eludir la desesperación y la pedantería, a alimentar los sueños y las fantasías, a conquistar la libertad y la pureza de corazón, a guardar la salud y los secretos, a cuidarte de la envidia  y la traición, a adorar la sinceridad y la justicia, a adquirir buenas costumbres y grandes ideales, a evitar la pereza y el despilfarro, a defender la fraternidad humana y a refrenar la lengua y las pasiones.

Finalmente, amor mío, cuando descubras que apenas eres una brizna de hierba ante la inmensidad de la creación, entonces sabrás que eres alguien.

Tu abuela, Bertha.

Noviembre 7 de 1992.          

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