martes, 29 de enero de 2013

¿Un habitante más de la calle?


En una de las zonas en las que más dinero se mueve en Bogotá, vive una persona cuyos ingresos escasamente le alcanzan para subsistir.

Unos ojos azules se esconden tras una desgastada gorra y se cobijan con un colchón roído, malgastado por el tiempo, la lluvia y las inclemencias de vivir en la calle.
Don Jesús es un habitante de la calle que lleva 15 años allí debido al poco apoyo de su familia y más que todo, a una adicción al alcohol que hizo que muchas de las personas más cercanas se rindieran a seguir intentando rehabilitarlo.
Debajo de su raído colchón tiene varias bolsas, en las que  guarda poca comida y en otras, guarda sus escasos utensilios de higiene personal.
Don Jesús afirma haber hecho parte de la Escuela de Carabineros, pero una pierna más corta que la otra indicando un serio de problema de cadera, le da poca credibilidad a su historia. 
De unas cuantas limosnas que recoge entre las rápidas paradas que hacen los automóviles mientras el semáforo cambia de color, don Jesús logra reunir un poco de dinero para sobrevivir y poder comprar su ración diaria de pan.
Muchas personas lo rechazan por su forma de caminar, y mas que todo por que no puede hablar bien debido a que sufrió una trombosis que lo dejo así.
Puede que esta sea una de las típicas historias de habitantes de la calle, que algún día tuvo un hogar y por cosas de la vida terminó sin más techo que las estrellas.
Al día, logra recoger $6.000 pesos y si bien para una persona promedio esa cantidad es poca, para él representa su sustento diario.
Por ende, don Jesús es un habitante de la calle cuyo ingreso per cápita anual es de 2’160.000 pesos mientras que el de un colombiano supuestamente promedio es de 14’000.000 (cifra falsa, pues los ingresos per cápita en un país como Colombia no son medibles haciendo esos promedios).
Tiene un hermano que se llama Ángel, al cual pide que lo llamen para recitarle la oración del ángel de la guarda, pero él no contesta y se hace imposible enviarle la razón de don Jesús.
Para muchos, está loco y es un indigente más, pero al ver su ropa extrañamente planchada y sus zapatos embolados, se ve que no es cualquier persona.
El alcohol fue su ruina. “Mientras estaba en la Escuela de Carabineros aprendí a tomar y después no lo pude controlar” afirma don Jesús.
Después de largas recaídas, resultó en la calle sin mucho apoyo y sobretodo, sin su familia.
Largos años han pasado desde la última vez que vio a su hija a pesar de intentar contactarla en repetidas ocasiones.
Cuando se le pregunta que si recibiría ayuda de los Centros de Atención que ofrece la administración distrital a la población de la calle, él dice que no iría por que no está igual de mal a la gente que vive en el Bronx, o a los que ni siquiera saben en donde están por culpa de la droga. No está igual, pero ya pasó por ahí…
Para los habitantes de la calle, nada es fácil. Desde levantarse y no tener donde asearse hasta conseguir del bolsillo de otras personas dinero que alcance al menos para comprar un pan y algo de tomar.
Muchas veces ha estado muy cerca de perder lo poco que tiene, su posesión más valiosa: el colchón.
Sin querer queriendo, ha ido ganando enemigos en la zona.
Recientemente se descuidó y cuando llegó de haber recogido algo de dinero y de cartones, se dio cuenta que alguien había roto el plástico que cubría su colchón, por lo que esa noche se mojó, se enfermó y por supuesto, no acudió a un centro médico.
¿Qué debería hacer el Gobierno o la Alcaldía? ¿Rehabilitar a estas personas o dejarlas que asuman las consecuencias de sus actos y de haber elegido su vida en a calle?
Don Jesús cuenta que varios habitantes de la calle que ha conocido se han ido a fundaciones en las que los bañan, los arreglan e intentan rehabilitarlos, pero que como son muchachos que han durado toda su vida en la calle, prefieren volver a lo que conocen que hacer una vida normal con una mejor calidad de vida.
Él ni siquiera ha intentado acercarse a una de estas fundaciones, en primera instancia por que si se va caminando, el problema de la pierna lo afecta al punto que ya no puede moverse, y en realidad, tampoco nadie ha ido a buscarlo…
Sería demasiado elitista decir “el impacto que le causa una persona pobre es X o Y”, pues sería mejor proponer algo desde el periodismo o la comunicación social para ayudar a mejorar esta problemática social.
Los medios tienen la responsabilidad de velar no solamente por la gente pobre, sino por presionar para que la gente que tiene el poder para hacerlo, ayude a que la desigualdad y las oportunidades mejoren para este tipo de personas.
En Colombia cualquier persona puede volverse pobre, pero muy pocas pueden salir de ahí. ¿Por qué? Falta de oportunidades.
No estoy afirmando que don Jesús está en la calle por falta de apoyo de su familia o que el no tuvo la culpa, pero tal vez si han hecho falta políticas públicas para que estas personas al menos tengan una comida diaria.
¿Cuántas personas en Ciudad Bolívar, Cazucá  o algún otro lugar deprimido de la ciudad estarán pasando el día con tan solo una comida diaria o sin alimento alguno?
Tal vez muchas, pero desde que no existan las oportunidades para surgir y ganar sueldos dignos que le permitan a estas familias salir adelante, tener estudio y comida, no habrá solución.
Don Jesús tal vez morirá en la calle, en ese separador de la calle 72 sin que nadie haya acudido a ayudarlo o tal vez tomarle siquiera la tensión o darle una curita, pero así hay muchos otros casos en Bogotá y en muchas otras ciudades del país sin que pase nada. ¿Cuándo será ese cuando en el que pasará algo?

viernes, 27 de abril de 2012

Sobre la Cumbre de las Américas

Cartagena de Indias sirvió de escenario para llevar a cabo la VI La cumbre de las Américas con la participación de los países de la Organización de Estados Americanos (OEA).
 “Conectando las Américas: Socios para la prosperidad”, fue el lema de esta reunión, en la que líderes de grandes potencias económicas del mundo como Brasil y Estados Unidos, participaron activamente proponiendo soluciones para los problemas que aquejan al hemisferio.
Gracias a los esfuerzos de México y Colombia, se logró la creación del Sistema Interamericano contra el Crimen Organizado, que pretende fomentar la cooperación entre países del continente para poder frenar problemáticas tales como narcotráfico, violencia a manos de guerrillas y grupos al margen de la ley, entre otros.
Los lazos comerciales entre Colombia y Estados Unidos se fortalecieron, a tal punto, que se ratificó la firma del Tratado de Libre Comercio en el mes de mayo, con el fin de aumentar la competitividad de nuestro país en el exterior.
Bajo el liderazgo de Juan Manuel Santos, la VI Cumbre de las Américas se enfocó en la cooperación entre los líderes de la región para acabar con la desigualdad y la pobreza, ya que este continente es el más desigual de todo el mundo.
La presencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue muy importante para Colombia, pues es el segundo presidente que duerme en suelo colombiano en la historia.
Los representantes de Ecuador y Nicaragua (no asistieron debido a la no inclusión de Cuba en esta edición de la Cumbre de las Américas. (Cuba no es miembro de la OEA).
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, no asistió debido a que está tratando su cáncer en Cuba, pero envió a su canciller, Nicolás Maduro.
Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, le insistió a Barack Obama propiciar un trato entre iguales: "En el pasado, las relaciones asimétricas entre el norte y el sur han sido responsables de procesos negativos en nuestros países. El modelo que creo que es el adecuado (para la región) es el de asociación, el de alianza, pero en un diálogo entre iguales", afirmó.
Otto Pérez Molina, presidente de Guatemala fue uno de los más enfáticos en recalcar que Estados Unidos no es el culpable de los problemas de América Latina, y que el tema, más allá de brindar más ayudas se trataba de una red de cooperación para fomentar el comercio entre ese país y todos los demás del continente, pues el mercado está.
Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica, fue la encargada de liderar el debate del trato que le debería dar la región al tema de los narcóticos: ¿legalizar o no?
En este momento, países como México y El Salvador están atravesando por una oleada épica de violencia debido al narcotráfico (situación bastante parecida a la de Colombia hace 20 años), por lo que una parte del debate se centró en qué pasaría si en estos estados se legaliza la droga, ¿el conflicto pararía?
Muchos analistas han comparado la situación de la droga con la de la época de la prohibición del alcohol en Estados Unidos durante una época, y todo el conflicto que eso trajo. Cuando se legalizó, el conflicto disminuyó, y el vender licor se volvió una posibilidad para muchas personas.
Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina, le reclamó al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos el no haber hablado durante su discurso inaugural acerca de la situación de las Islas Malvinas, y en algunas de las charlas se salió antes de tiempo, tanto así que su vuelo salió antes de lo esperado.
La presidenta argumentó que su salida ya estaba programada así, pero quedó el sinsabor de una Cristina Fernández indispuesta con los líderes del hemisferio.  
Otro de los puntos cruciales de discusión, fue la inclusión de Cuba en la cumbre, pues a pesar de no pertenecer a la OEA ( ya que fue expulsada en 1962), todos acordaron, que debido al cariño que le tienen a dicha nación, esta sería la última vez que Cuba no asistiera.
Colombia tiene muy buenas relaciones con el gobierno cubano, por lo que fue uno de los primeros en decir que estaba de acuerdo con que Cuba fuera incluída.
Lo bueno para Colombia
1.     La organización impecable de la cumbre fue una gran ventana para Colombia ante el mundo, mostrando que ya no es el país violento de hace algunos años.
2.     Durante la Cumbre, muchos empresarios se reunieron en Cartagena bajo la organización de Luis Alberto Moreno (presidente del Banco Interamericano de Desarrollo) con el apoyo de Luis Carlos Villegas (de la ANDI) para hacer negocios, lo que atrajo gran número de inversionistas: solo ovaciones se llevaron.
3.     La seguridad que se le brindó a Barack Obama durante su estadía, hizo que aparte del tema de los agentes del servicio secreto, todo fuera impecable. Cero improvisación.  
4.     El presidente Juan Manuel Santos logró venderse y vender a Colombia de manera increíble en el exterior dejando el nombre del país muy en alto. (Juan Manuel Santos es el primer presidente en aparecer en la portada de la revista Time).
5.     Se abrió un muy buen espacio para la participación de los jóvenes en la Cumbre, lo que mostró el interés de Colombia en demostrar la fe que tiene en las nuevas generaciones.
6.     Cartagena lució bellísima para la Cumbre, lo que también a nivel internacional fue importante, pues es una oportunidad para aumentar el turismo a ‘La Heróica’.
Lo que opacó la Cumbre
1.     El gasto de 90 millones de dólares fue enorme, para un evento protocolario que no duró mucho.
2.     Aparte de la creación del Sistema Interamericano Contra el Crimen Organizado, la Cumbre no dejó ninguna otra iniciativa de importancia.  
3.     El presidente Santos, debido al tema de las drogas y al de las Islas Malvinas, no logró obtener un real consenso entre los líderes de la región.
4.      El escándalo protagonizado por agentes del servicio secreto en Cartagena (todo antes de la Cumbre) con mujeres a las que no les pagaron, fue portada en medios como Washington Post, en vez de los temas que se tocaron en la Cumbre. Al parecer, para muchos medios en ese país no hubo nada más de importancia.
5.      No se ha acabado abril, y para muchos gobiernos los pocos acuerdos que se lograron en la Cumbre, ya se olvidaron.
6.      Estados Unidos no ha pedido disculpas de manera contundente por haber opacado la cumbre por culpa de sus agentes.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Continúa represión para la mujer afgana



El asesinato de una joven en Afganistán a manos de su cónyuge y su suegra, revive el debate acerca de la situación de las mujeres en ese país. 

Dar a luz tres niñas fue motivo suficiente para que Storay (su apellido se mantiene oculto), de 22 años, fuera asesinada en Kunduz, Afganistán. Hace unos días, su esposo y su suegra la asfixiaron y golpearon  hasta dejarla sin vida.
Cuando esta joven tenía 18 años, se casó con Sher Mohammad, con quien conformó un hogar con dos hijas.
Hace tres meses, cuando nació su tercera hija, las tensiones en el hogar aumentaron, pues su esposo y su suegra esperaban tener en brazos a su primer hijo varón y no otra niña.
Luego de ser asfixiada y golpeada, su suegra colocó una cuerda en la ventana para hacerle creer a las autoridades que  Storay había suicidado, pero las señales de tortura en su cuerpo confirmaron las sospechas de un asesinato. 
Sher Mohammad, de 30 años,  es sospechoso de pertenecer a una milicia local que las autoridades afirman ha proliferado la violencia por dentro y fuera del hogar. Las autoridades aun lo buscan y su madre, Wali Hazrata, ya fue capturada.
Este asesinato se hubiera podido evitar, si Mohammad hubiera sabido que el responsable de tener una tercera hija era él, pues los hombres son los que terminan “decidiendo” cromosómicamente si el bebé es niño o niña.
"Las niñas son despreciadas en Afganistán", dijo Manizha Naderi,  directora ejecutiva de Mujeres para la mujeres afganas: "He oído hablar de muchos casos en que se ve amenazada la mujer con violencia y golpeado, pero nunca he oído hablar de una mujer sea asesinada por tener una niña".
Kunduz es una ciudad donde la violencia doméstica es el pan de cada día. En diciembre se reportó el caso de tres hombres que atacaron a tres niñas y a su madre con ácido en sus rostros por que el padre rechazó una propuesta de matrimonio para su hija de 18 años.
Las mujeres en estos países están bajo el yugo de la represión por parte de sus esposos y de sus mismas familias, pero no hay muchos casos registrados por el estado, ya que muchos de ellos, son permitidos por la misma ley.
Hace tan solo 15 días, los medios registraron la noticia de una joven de 15 años que fue encerrada durante 9 años en un baño por la familia de su esposo.
“No he registrado ni un solo caso de violencia contra la mujer. La seguridad preocupa porque estos problemas están arraigados a tradiciones y obstáculos psicológicos por vergüenza y miedo, lo que hace que las mujeres no lleven estos casos a la corte” afirmó un oficial de la provincia de Khost en Afganistán.
El gobierno afgano ha avanzado en materia legislativa para proteger los derechos de las mujeres, como con la legislación EVAW (Ley de eliminación de la violencia contra la mujer), que criminaliza los matrimonios con niñas, uniones forzadas, inmolaciones y violaciones, entre otros.
Aparte del miedo y de los múltiples castigos a los que están expuestas dentro de sus hogares si se llegan a dar cuenta de la denuncia, muchas mujeres tampoco conocen bien las leyes porque poco pueden salir de sus hogares o porque simplemente es imposible ir de un lugar a otro sin compañía.
La situación de la educación de diez años para acá ha mejorado un poco, pues luego de la salida de los talibanes, al menos hoy ya son cuatro millones de mujeres que pueden educarse y ser maestras.  
Antes, las mujeres no podían ir solas a ningún lugar por ley, ni subirse a taxis sin compañía de algún familiar, ni ir a escuelas o universidades.
Por culpa de los talibanes, gran parte de la literatura y de los libros de aprendizaje fueron censurados y sus imágenes eliminadas con grandes parches negros, pues según ellos, “los seres no pueden ser retratados”. 
Las cosas para las mujeres en Afganistán poco a poco van cambiando, más que todo para las que están en las ciudades, pero aun falta mucho por hacer por aquellas que están en las zonas rurales que no saben como salir de esa vida que les han impuesto sus padres, madres y hermanos.
Como primera medida, se les debe enseñar a realizar alguna labor, pues al depender económicamente de sus maridos y sin saber hacer nada, no tienen la posibilidad de escapar y hacer una nueva vida.
La sociedad patriarcal y eminentemente religiosa que sigue los textos sagrados al pie de la letra le hizo mucho daño a países como Irán y Afganistán, pero la intervención de occidente ha ayudado de alguna u otra forma a bajar la animosidad radical que se apoderó de esta zona del mundo. 
En Kabul hay 1.5 millones de mujeres, pero ¿qué está pasando con los 13.5 millones restantes en las zonas rurales?
Eso por ahora, está por verse.